Las campanas de la iglesia de Santa Maria dels Turers, en Banyoles (Girona) han dejado de repicar tras 60 años. Cacerola en mano, los vecinos de este pueblo catalán no han dudado en hacer ruido para acabar con el silencio que inunda el pueblo desde hace un par de semanas.
Las campanas de la iglesia ya no suenan por la noche, descansan desde las 10 hasta las 8 de la mañana. El rector de la parroquia decidió silenciarlas ante las quejas del propietario de un piso turístico que afirmaba que sus clientes no podían dormir por su culpa. Las campanas no son necesarias para el funcionamiento de la parroquia, pero su tradicional sonido forma parte de la vida del pueblo.
"Como residente del pueblo no me parece bien que se tengan que parar las campanas porque vengan unas personas a pasar las vacaciones", dice una vecina.
Los vecinos no entienden por qué se han tomado estas medidas. Desde el Ayuntamiento se barajan ideas para poner fin al conflicto entre el propietario del piso turístico y los habitantes del pueblo. La idea que ha hecho posible un principio de acuerdo ha sido la de bajar los decibelios de las campanas para oírlas a menor intensidad durante la noche. Mientras tanto, los vecinos de Banyoles tendrán que echar de menos el sonido de las campanas de su pueblo en las noches de verano.
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